Estos últimos días he empezado a leer Tribal Leadership, uno de los (muchos) libros sobre cambio organizativo.
Y la verdad es que el enfoque me ha parecido refrescante.
¿Por qué? Para responder tengo que hacer una pequeña perorata sobre SuperAgile, el (inexistente) proceso que agiliza más ágil.
La cosa es que la agilidad es una buena (muy buena) cosa: si no lo creyera o no lo hubiera experimentado una y otra vez, no estaría en ello hace más de una década. Pero SuperAgile, como casi todos los otros procesos, no contempla un par de puntos clave para que no solo tenga éxito, sino que continúe teniéndolo. Porque se trata de que SuperAgile se quede, no basta con que llegue, ¿no?
Pensemos en qué mejoras supone SuperAgile para la vida de todo el mundo: porque si vamos a ponernos a hacer cambios importantes, más vale que mejoremos la vida de todos los afectados.
Para empezar, SuperAgile es fantástico para el Team, sin duda: se les ve en la cara a poco que se empiece con buen pie, la verdad.
Para el Product Focuser de SuperAgile, que representa y defiende el valor de negocio, también es una buena cosa. Pero no tanto como queremos creer. En la vida real, que es la única que tiene, nuestro hombre tiene que coordinar unos cuantos Stakeholders que no practican la agilidad. También lleva otros dos proyectos no ágiles que le exigen un mindset diferente, con el consiguiente stress.
¿Será un 15% de mejora en su vida suficiente para que Product Focuser acepte la propuesta de matrimonio de SuperAgile? Posibilidades hay, pero más vale que le mimemos tanto como podamos.
Pero vayamos al meollo. Es decir, ¿aceptará SuperAgile aquellos que realmente aceptan y hacen posibles los cambios? Porque, atención, ese grupo no es tan solo el Team + el Product Focuser + los mandos que apoyan SuperAgile, sino La Tribu.
¿Que no sabéis qué es La Tribu? ¡Leed Tribal Leadership para enteraros! Lo único que os puedo adelantar es que son de 20 a 150 personas.
Así que La Tribu, que es multidisciplinar, inter-departamental, etc., será quien realmente determinará la adopción de SuperAgile. Y muy probablemente lo hará si está alineada con el nivel de madurez al que está SuperAgile (que es grande)…pero si no, más te vale ponerte a conseguir la alineación de la tribu. Ese es, al menos, mi punto de vista.
He aquí un gran agujero en la línea de flotación de los distintos procesos ágiles: no actúan sobre quienes aceptan el cambio, solo sobre aquellos que lo llevan a cabo. Nadie se preocupa por cómo SuperAgile afecta a y es visto por aquellos que son los que realmente darán su sí o su no: y si ellos dicen que no, lo que diga el mismísimo CEO no será más que papel mojado.
Así que Tribal Leadership es importante para los agilistas porque proporciona un vocabulario que permite poner el foco sobre la unidad de aceptación del cambio. Porque lo ágil hay que conseguir que se quede. Si apuntamos tan solo a SuperAgile y los que lo practican, nuestros tiros se quedarán demasiado cortos.
No sé si compraré las conclusiones del libro, apenas lo he comenzado: pero lo que sí es seguro es que el de Tribu me parece un concepto valioso, que incorporaré a mi vocabulario.
¡Leed Tribal Leadership y temblad…o no!
…
PD: Por cierto, antes mencioné que la mayor parte de los procesos ágiles adolecen de dos fisuras clave, y solo he hablado de una. Estoy en ello…